Aventúrate adentrándote en las entrañas de este desconocido rincón de la sierra y escudriña los salvajes dominios del Diablo.

 acequia del Diablo

La acequia del Diablo

INTRODUCCIÓN

A caballo entre los términos municipales Turolenses de San Agustín y Rubielos de Mora se desarrolla nuestra propuesta senderista.

El río Mijares, ha transformado profundamente a su paso parte del territorio montañoso de la sierra de Gúdar, siendo el sector elegido para esta ocasión especialmente atractivo e interesante.

Adentrarse en una profunda y bellísima brecha que con el tiempo ha logrado esculpir sus aguas nos dejará satisfechos, no por el esfuerzo físico necesario para realizar la ruta sino por el imponente entorno por el que nos moveremos y además con un plus de aventura asegurada.

Comenzaremos en el antiguo puente de la Fonseca, llamado popularmente también del Diablo y descenderemos hasta una antigua y ya en desuso acequia que por dentro del cañón del río Mijares, llevaba el agua para regar los campos durante su transcurso hasta la población de Olba.

Tenemos muchas posibilidades de avistar cabras salvajes.

Cualquier estación del año puede ser interesante para realizar esta ruta pero quizás y bajo criterio personal,  en verano especialmente por tener posibilidad de refrescarnos e incluso darnos un reconfortante baño en el río.

La primavera por el colorido de la floración y el otoño por el sorprendente cambio y contraste de colores de la variedad de árboles de hoja caduca que hay son sin duda ideales para disfrutar.

Siempre desarrollaremos nuestro caminar dentro del entorno del espectacular cañón, con bosques en los que abundan los arces de Monpellier (Acer monspessulanum)  y quejígos (Quercus faginea) aunque iremos cambiando de altura, incluso de lado del río, realizando finalmente un itinerario circular con tramos comunes.

Cruzaremos el río en dos ocasiones por los mejores lugares según nuestro criterio, en los que deberemos mojarnos los pies sin remedio con lo que es recomendable llevarnos en la mochila un calzado de agua para facilitarnos estos pasos.

Debemos saber que es un recorrido no aconsejable para personas poco habituadas a caminar por la montaña. Vamos a transitar en parte por encima de una estrecha senda junto a la acequia, incluso por encima de ella, encontrando a nuestro paso zonas en las que la vegetación (con zarzas incluidas) y los desprendimientos han invadido parte de la canalización.

Hay sectores en el que desaparece la senda y caminamos intuitivamente entre vegetación que en ocasiones pincha, siendo conveniente llevar pantalón largo.

Cruzamos a veces tramos algo expuestos aunque la caída no sea de gran altitud, si es suficiente como para hacernos bastante mal. Tendremos presente este dato para las personas con vértigo.

Evitar también hacer esta ruta de senderismo con el terreno mojado, los resbalones pueden llegar a ser muy peligrosos.

Debemos llevar agua para toda la excursión ya que no encontramos ninguna fuente en nuestro camino.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Para el comienzo de nuestra ruta senderista debemos situarnos junto al viejo puente de la Fonseca, donde podemos dejar aparcado nuestro vehículo (ver acercamiento al punto de inicio).

Desde allí subiremos por la pista por la que hemos descendido con nuestro coche hasta la carretera que está a muy pocos metros. La cruzamos y seguimos las señales blanco-amarillas de un PR, encontrándonos en pocos metros con un panel de la ruta Ecosenda de Cuevas de la Hoz a Puente del Diablo. Desde aquí podemos acercarnos al cortado y disfrutar de las primeras vistas hacia la Garganta del Diablo.

Puente de Fonseca

Puente de Fonseca desde la carretera

Continuamos por la senda señalizada y pronto nos encontramos con otra que desciende rápidamente hasta el mismo curso del río Mijares.

Podemos si lo deseamos, descender para disfrutar de un magnífico espectáculo de la naturaleza.  La corta senda dispone de un pasamanos con cable de acero en uno de sus tramos.

Garganta del Diablo

Garganta del Diablo

Después de disfrutar de este magnífico rincón, ascendemos por la misma senda para continuar por el sendero señalizado que transcurre paralelo a la carretera.

En muy poco tiempo nos encontramos con un guardarraíl en la carretera con marcas del PR. Seguimos sin pisar asfalto para dejar esta protección vial a nuestra derecha y descender en busca de una senda con bastante desnivel que nos lleva rápidamente pero extremando la atención para no resbalar, hasta encontrarnos con la acequia del Diablo. En los primeros metros de la senda pusimos un par de fitas.

Hito en el camino

Fita indicando el inicio de la senda que desciende junta a ella y hacia la izquierda.

Acequia del Diablo

Senda junto a la acequia del Diablo

rutas por Sierra de Gudar

Tramos interesantes y estéticos del trazado de la acequia

Acequia del Diablo

En ocasiones la acequia desaparece bajo la montaña en estrechos túneles

No siempre transcurrimos junto a la canalización de agua, en ocasiones descendemos sin tener demasiado claro el trazado del sendero pero sin dificultad de orientación y sorteando en lo posible los abundantes zarzales que crecen por aquí. Volvemos a encontrarnos con la acequia para llegar a las masías del Palacio, lugar apartado y tranquilo en el que podemos charlar tranquilamente con sus hospitalarios dueños que suelen estar por allí.

Puede que para pasar hacia las masías encontremos alguna valla para el ganado que no olvidaremos cerrar.

Nota:

  • Pocos metros antes de subir a la primera masía y encontrándonos todavía junto a la acequia, si nos fijamos bien a nuestra izquierda, vemos descender por la ladera del bancal una desgarrada  senda que sin dificultad nos guía hasta la orilla del río. Esta puede ser una alternativa para acortar aún más la ruta (cruzando el río por donde mejor podamos), aunque la finalidad principal de esta «Nota» es informar de este punto con el que volveremos a encontrarnos a nuestra vuelta para descender hacia el río.
Masías del Palacio

Primera masía que nos encontramos

Pasamos junta a ella y rápidamente descendemos por el sendero que nos dirige entre bancales cultivados hasta el río después de pasar y cerrar una puerta a modo de valla. Esta también podría ser otra alternativa de vuelta pero siempre pasando por mojarnos los pies.

Ahora vamos a caminar junto al río aguas abajo por donde mejor nos venga, apartando en ocasiones las molestas zarzas, encontrando también tramos de sendero que nos facilitarán el avance.

Río Mijares

Bonitos tramos del río que en ocasiones se nos muestra.

A la altura de unos alargados bancales sin cultivar nos encontramos con mucha espesura de vegetación, casi inaccesible. Este es el momento de dejar la orilla del río y ascender hacia este primer bancal para recorrerlo hasta el final y descender de nuevo hasta la orilla del río.

El río Mijares

El río Mijares

Volvemos a dejar  la orilla para ascender poco a poco y atravesar una pedrera, encontrándonos inmediatamente con otra que vemos caer desde la acequia y que localizamos rápidamente delatada por el muro de piedra que la contiene en ese tramo.

Pedrera

Subiendo por la pedrera hacia la acequia

Una vez situados encima de la canalización, giramos a la derecha para comenzar el retorno siguiendo por ella.

túneles en la acequia

Pequeños túneles que salvamos fácilmente

Vemos aparecer más abajo los mismos bancales abandonados por los que pasamos anteriormente y pronto se nos complica bastante seguir por el trazado de la acequia, así que descendemos hacia el primer bancal para enlazar pronto con un camino que encontramos a nuestra izquierda, lo seguimos durante un rato para salir a la curva de otra pista más definida que continuamos en ligero descenso por la derecha.

Cañón

Bonitas vistas desde el camino menos definido

Ya vemos la primera y bonita construcción de las masías del Palacio, si pasamos junto a ella dejándola a nuestra izquierda, podemos tomar un sendero que nos dirige pronto hasta la próxima masía (trazado en track de gps).

Si por el contrario seguimos por la pista, llegaremos igualmente a la otra masía.

Masías del Palacio

Masías del Palacio

Estando en la segunda masía, que no es ni más ni menos en la que estuvimos hace unas pocas horas, descenderemos por la senda hasta el río para cruzarlo por donde podamos o rebasamos la masía en busca de la acequia y buscar la senda a la que anteriormente hacía referencia en «Nota» (trazado en track gps).

Cruzando el río Mijares

Terminando de cruzar

Una vez en el otro lado solo nos queda seguir el sendero paralelos al río aguas arriba. Pronto  llegamos a las ruinas de un antiguo batán.

Batán

Restos del batán

Batán

Batán

Entrada del agua al batán para generar el movimiento de los mazos

Continuaremos por la difuminada senda que nos devolverá hasta la orilla del río y de nuevo debemos cambiarnos de calzado para cruzarlo por el lugar que mejor consideremos.

Después de hacerlo, seguramente encontremos algún difuminado sendero que se dirija en dirección a la acequia que queda un poco más arriba y que también se perderá antes de llegar a ella pero tenemos claro que subiendo nos vamos a encontrar con ella.

Como ya sabemos, una vez en la antigua canalización hemos salido a un punto en el que anteriormente estuvimos, ahora solo queda volver por el mismo lugar hasta el puente de la Fonseca.

DATOS DE LA RUTA

  • Fecha de la excursión: 22-9-2012
  • Tipo de ruta: Ruta circular con tramos lineales
  • Nivel de dificultad: Alto (Por el tipo de terreno por el que transcurrimos)
  • Longitud: 6’9km
  • Desnivel acumulado de subida: 159mts
  • Desnivel acumulado de bajada: 159mts
  • Tiempo en movimiento: 2h30′
  • Tiempo Total: 4h
  • POR VUESTRA SEGURIDAD ES MUY IMPORTANTE QUE LEAIS ESTO

ACERCAMIENTO AL PUNTO DE INICIO

Podéis ver con Google Maps el punto de inicio de esta ruta de senderismo que se sitúa junto al puente de Fonseca, también llamado popularmente del Diablo.


Ver Puente la Fonseca en un mapa más grande

ANÉCDOTAS Y MOMENTOS DEL DÍA

Cambios de última hora por motivos personales en la salida para este sábado preparada con nuestros amigos de Gatova Libre para recorrer la cresta de Bernia, me hizo trastocar todo el planig del sábado.

Finalmente mi amigo y compañero de grupo Pepe Ruiz y yo partimos para nuestra querida sierra de Gúdar para seguir inspeccionando sus solitarios y sorprendentes parajes.

Recordé un reportaje de senderismo del nº27 de la revista VerdeTeruel en el que se describía un recorrido sumamente desconocido y casi salvaje, me pareció muy interesante. Cada vez que hemos pasado por la carretera en dirección a Rubielos de Mora y se nos ha mostrado allí el imponente paraje que forma el río Mijares, me decía a mi mismo que buscaría un hueco para conocer esa zona y así fue.

Aparcamos junto al precioso puente medieval de la Fonseca, aunque personalmente me gusta más el nombre de puente del Diablo, apelativo popular que despierta cuanto menos un plus de curiosidad, todo un lujo este comienzo de ruta.

Pronto nos encontramos con la primera dificultad, nada complicado pero que nos hizo dudar por un momento. Encontrar la senda correcta de bajada hacia el estrecho que desde arriba puede confundir aunque las contadas alternativas te lleven siempre irremediablemente al mismo lugar.

Aquí pusimos unas fitas para que desde arriba se localice rápidamente el correcto camino.

Empinado, deberemos tener precaución en no resbalar, sobretodo con el terreno húmedo.

Llegamos a la antigua acequia y queda claro que estamos en buen camino, solo nos quedaba seguir su trayectoria aunque en ocasiones forzosamente nos distanciábamos de ella para volver al poco rato.

Parajes recónditos de un silencio estremecedor te hacen sentir afortunado, me gusta sentir la extraña sensación de que transcurres por un territorio muy poco pisado, al menos en estos últimos tiempos en los que aparenta estar todo descubierto. Solo rompía el silencio la constante observación de cabras monteses, con sus sonidos característicos de aviso de peligro y la apacible y grata conversación con los ocasionales moradores de una de las masías y un pastor que trabajaba por estos lares.

En el reportaje de aquella revista, el autor describe de forma muy amena e interesante la jornada llegando hasta las masías del Palacio y vuelve al lugar de inicio después de cruzar el río en un par de ocasiones.

En nuestro caso y siempre con el gusanillo de seguir descubriendo, Pepe y yo nos aventuramos a continuar dentro del increíble tajo que ha formado aquí el río Mijares, bello como pocos.

Finalmente y ante la complicación que aumentaba por momentos para seguir caminando por la antigua canalización que nos acercó a las inmediaciones de la central eléctrica que queda situada a la salida del  espectacular congosto, decidimos desistir  y dejarlo para otra mejor ocasión,

Finalmente y eliminando este último tramo de la ruta, pudimos lograr una interesante alternativa que no ha hecho más que ampliar el estupendo recorrido que una vez vi en aquella recomendable revista.

La jornada resumida