Asciende desde los verdes bosques del valle, hasta un mundo radicalmente opuesto, donde nació el primer refugio del Pirineo.

Cara norte de Monte Perdido desde Tucarroya

Últimas vistas de Monte Perdido desde el refugio de Tucarroya

INTRODUCCIÓN

Espectacular y exigente ruta de alta montaña en el Parque Nacional del Valle de Ordesa y Monte Perdido, situado en el Pirineo de Huesca, uniendo los refugios de Pineta (guardado) y el de Tucarroya (libre), ubicado este último a 2666mts de altitud dentro de la imponente Brecha de Tucarroya, lugar fronterizo y de paso hacia la vecina Francia.

Este refugio libre fue el primero en construirse en Pirineos y es utilizado a menudo como apoyo para las ascensiones a los picos Astazus, Marboré, Tucarroya, Cilindro, incluso para ascender al Monte Perdido por su cara Norte, mucho más técnica que la clásica Sur.

El itinerario es lineal, aunque a la vuelta podemos optar por algún que otro sector circular.

Partiendo desde el refugio de Pineta, situado en el grandioso valle de Pineta, ascenderemos hacia el Balcón de Pineta, primero por pista y posteriormente por una alternativa con sendero sin señalizar que atraviesa la última parte del bosque, donde podemos tener algunas dudas en su seguimiento, por lo que el GPS es aconsejable. Podemos hacerlo también por el camino oficial, señalizado y mucho más transitado que cruza los magníficos bosques de hayas. En nuestro caso, esta es la alternativa a la que optaremos de bajada.

Después del fuerte y largo ascenso hasta el Balcón de Pineta, continuaremos por el cerrado altiplano de Marboré, con un drástico cambio de entorno, sorprendente y espectacular, con las míticas caras norte del Monte Perdido y Cilindro de Marboré como gigantes que absorberán nuestras miradas.

Al final de este altiplano, vemos aparecer el mágico lago de Marboré y por encima de él nuestro objetivo, la Brecha de Tucarroya, donde después de una pronunciada subida, llegamos al refugio de Tucarroya.

Si decidimos hacerla a principios de verano, el uso de crampones y piolet se harán necesarios, ya que la nieve en sus zonas altas no desaparecen hasta bien entrado el estío. No obstante lo recomendable es informarse bien del estado de la nieve.

Encontramos algunas fuentes en el primer tramo de ruta, todas antes de que la vegetación desaparezca.

  •  El itinerario:

Refugio de Pineta – Aparcamiento pradera de Pineta – Alternativa senda sin marcar – Conexión con senda oficial – Balcón de Pineta – Lago de Marboré – Brecha y refugio de Tucarroya – (Vuelta) – Lago de Marboré – Balcón de Pineta – Senda Oficial – Aparcamiento pradera de Pineta – Refugio de Pineta

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Comenzamos en el refugio de Pineta, un lugar ideal para hacer rutas por los alrededores de este precioso valle del Pirineo.

refugio de Pineta

El grupo, junto a Tomás de Monte Perdido Extrem preparado para iniciar la ruta desde el refugio de Pineta

Nos acercaremos hasta el puente que cruza el río Cinca, que encontramos antes de llegar al fondo del valle donde se encuentra el Parador Nacional. Lo podemos hacer por la carretera o por el camino junto al río que finalmente sube a la carretera.

valle de Pineta

Cruzamos el río Cinca por el puente que da acceso al aparcamiento.

Hemos cruzado el puente y nos encontramos con un amplio aparcamiento. Al final de este y a la derecha encontramos un poste con paletas de dirección, este punto será el común si queremos para la ruta propuesta. En un primer lugar vamos a tomar una pista que nace a la izquierda y a escasos metros de ese punto y se adentra un corto tramo por el bosque. Una amplia vía que poco a poco toma altura y proporciona pronto algunas vistas del valle de Pineta.

La otra alternativa es el camino oficial y más transitado para subir al Balcón de Pineta y transcurre por un precioso bosque de hayas, pero en nuestro caso lo seguiremos a la vuelta cuando descendamos.

Antes de llegar al segundo puente que cruza el río Cinca, encontramos una fuente.

rio Cinca

Las aguas salvajes del río Cinca, las cruzamos más arriba por otro estrecho puente.

Nada más cruzar el puente, estaremos atentos para dejar la pista y tomar un sendero que asciende por la izquierda, perfilandose primero cerca del río y más tarde alejandonos de el.

Este sector es un tanto confuso por las distintas direcciones de sendas que vemos aparecer y aunque la orientación final a seguir esta clara, algunas veces no vemos claro su seguimiento, al parecer en alguna ocasión por desprendimientos.

ruta en Pirineos

El sendero sin señalizar, primero asciende junto al río Cinca.

Este enrevesado sendero se une más arriba y ya cerca del final del bosque con la senda oficial que será la que seguiremos de bajada a nuestra vuelta.

De momento y en progresiva ascensión, dejamos atrás la vegetación pero antes nos encontramos con la última fuente con abrevadero incluido.

Poco después pasamos junto a una fita de bastante más tamaño que las demás, estamos en el punto alternativo para subir al Puerto Nuevo de Pineta o llamado también Puerto de Lera, paso natural hacia Francia.

Esta no será en nuestro caso la dirección, así que ignoramos este desvío y seguimos por el sendero oficial y más marcado.

La pendiente se torna cada vez más fuerte y pedregosa, atenuandola en lo posible con amplias lazadas.

Hay posibilidad de acercarnos hasta las cascadas del Cinca que hemos estado observando.

valle de Pineta

El duro ascenso, serpentea entre zonas rocosas, donde la vegetación prácticamente ha desaparecido

Vistas del Valle de Pineta

Tomando altura, el valle de Pineta se muestra en toda su belleza.

Torrenteras en el valle de Pineta

Cruzaremos gran cantidad de torrenteras que se precipitan desde las alturas para buscar el verde valle y unirse finalmente al río Cinca

Balcón de Pineta

Antes de llegar al Balcón de Pineta, nos falta un último esfuerzo para superar el inclinado embudo donde las nieves permanecen hasta bien entrado el verano.

alta montaña

Ascendiendo por el embudo y desde su parte alta, vemos la brutal inclinación que tiene, este es uno de los puntos a tener en cuenta si hay nieve.

cruzando un helero

En la parte final del embudo, el sendero se perfila con poco desnivel, pero hay que tener cuidado en no resbalar, la inclinación es excesiva y la pendiente muy larga.

Balcón de Pineta

Llegamos al Balcón de Pineta por sendero cómodo, donde nos esperan inimaginables vistas.

caras norte de Monte Perdido y Cilindro de Marboré

Desde el Balcón de Pineta cambiamos de escenario radicalmente, la roca y la nieve aparecen súbitamente para sorprender al más exigente montañero.

Después de asombrarnos de la belleza de este lugar, toca un caminar más llevadero por su escasa inclinación hacia el interior de este altiplano pirenáico.  Nos dejará boquiabiertos este nuevo entorno de roca, el macizo calcareo más alto  de Europa, donde la nieve queda presente hasta bien entrado el verano, con las caras norte del Cilindro de Marboré, Monte Perdido y su glaciar.

Cara norte de Monte Perdido y Cilindro de Marboré

Sin palabras, solo disfrutar de las caras norte de Monte Perdido y Cilindro de Marboré

Rebasando la última loma, vemos aparecer el lago de Marboré, que en esta ocasión encontramos totalmente helado.

Aparece también por encima de él, la Brecha de Tucarroya, nuestro objetivo.

Descendemos de esta loma y damos la vuelta al lago por la derecha para ascender por el sendero que poco a poco y por encima del lago, busca la entrada a la brecha.

Lago de Marboré y Brecha de Tucarroya con nieve

La gran cantidad de nieve acumulada en este altiplano, camufla el lago de Marboré, justo a los piés de la Brecha de Tucarroya , por donde suben encauzadas las nieblas de la vertiente norte francesa.

subiendo a la Brecha de Tucarroya

La senda primero con moderada subida hacia la Brecha de Tucarroya, ofrece espectaculares vistas que no olvidaremos

Brecha de Tucarroya

El último tramo de la Brecha hasta llegar al refugio de Tucarroya, aunque corto, es inclinado y transcurre con mucha piedra suelta

Brecha y refugio de Tucarroya

Al final y en lo más alto de la brecha, sorprende la ubicación de este refugio libre, clave para posteriores ascensiones a picos cercanos.

refugio libre de Tucarroya

El más antiguo de los refugios pirenaicos, queda casi en equilibrio y en un lugar estratégico e insospechado

DATOS DE LA RUTA

  • Fecha de la excursión: 29-6-2014
  • Tipo de ruta: Ruta lineal con tramos circulares
  • Nivel de dificultad: Alto
  • Longitud: 21km (ida y vuelta)
  • Desnivel acumulado de subida: 1500mts (ida y vuelta)
  • Desnivel acumulado de bajada: 1500mts (ida y vuelta)
  • Tiempo en movimiento: 9h45′ (ida y vuelta)
  • Tiempo Total: 12h25′ (ida y vuelta)
  • POR VUESTRA SEGURIDAD ES MUY IMPORTANTE QUE LEAIS ESTO

rutas en Pirineos

Clica en el gráfico

Por la existencia de nieve, es posible que el trazado del track no coincida en algún sector con el sendero.

ACERCAMIENTO AL PUNTO DE INICIO

Con Google Maps, podéis ver la ubicación y calcular el acercamiento al punto de inicio de esta ruta de alta montaña en el Pirineo de Huesca, que encontramos en el refugio de Pineta.


Ver refugio de Pineta en un mapa más grande

ANÉCDOTAS Y MOMENTOS DEL DÍA

Una vez más comprobamos que la teoría y la práctica no tienen mucho en común y en nuestro caso quedó bien claro. La teoría era realizar el espectacular circuito de montaña alrededor del Monte Perdido que llaman Monte Perdido Extrem, un recorrido en 4 días iniciándolo en el refugio de Pineta y pernoctando en los de Espuguettes, Serradets y Góriz, para cerrar el recorrido nuevamente en el de Pineta.

Nuevamente, este año han sido bendecidas estas montañas con abundantes nevadas que han permanecido casi intactas en sus zonas altas, hasta al menos el inicio del verano y visto lo visto seguro que aguantarán bien entrado en el.

En esta primera etapa hasta el refugio de Espuguettes en Francia, teníamos dos alternativas para acceder hasta él, uno por la Brecha de Tucarroya y la otra versión por el Puerto Nuevo de Pineta o Puerto de Lera. El primero más técnico e indudablemente imprescindible si queríamos disfrutar de las brutales vistas cuando se transcurre por el altiplano de Marboré, nada que ver con la del Puerto de Lera en ninguno de los aspectos, pero sabíamos que la bajada de Tucarroya podría torcernos la travesía.

A pesar de todo, nos declinamos por la versión más aventurera. Teníamos claro que la cara norte de la brecha iba a estar completamente con nieve, eso no iba a ser en principio un impedimento, pero la incertidumbre la teníamos en que estuviera helada y eso ya son palabras mayores. Nadie tenía información de primera mano que despejara esta duda, ni en el refugio de Pineta ni los que bajaban del refugio de Tucarroya, ya que ninguno habían cruzado desde Francia, nos sentimos en ese momento como conejillos de Indias, un experimento que iba a ser crucial para los que iban a realizar posteriormente esta misma travesía, despejando ipso facto cualquier duda.

Una vez superado el brutal ascenso hasta el refugio de Tucarroya, con ambiente casi invernal, recuperamos fuerzas con un tentempié al cobijo de este mítico refugio.

La ventista acompañada de nieve que arreciaba por momentos, con la consiguiente bestial bajada de temperatura, no presagiaba precisamente un paseo en barca.

Con tenebrosa y limitadisima visión hacia la cara norte de la brecha, comenzamos el descenso con mucha cautela, la inclinación era vertiginosa pero los primeros pasos con la nieve en muy buenas condiciones, nos permitía descender sin demasiadas complicaciones, pero la «cortada de rollo» no se hizo esperar; de clavar y afianzar perfectamente crampones y pilolets, a no poder hacerlo, pasó «cero coma».

De un lado a otro buscando posibilidades, definitivamente la brecha estaba helada bajo la primera fina capa de nieve reciente.

La sensatez primaba en esos momentos y es lo que sin más preámbulos y muy a nuestro pesar, tomamos sin ninguna duda la mejor de las alternativas… Volver de nuevo al refugio de Pineta.

Con una buena ducha, unas cervezas y cena caliente, recuperamos pronto cuerpo y mente, compartiendo esta información de primera mano con la gente del refugio y una pareja de madrileños que se disponían a realizar la misma travesía al día siguiente… Obviamente tomaron buena nota de ello.

El mal tiempo parecía echar raices por la zona, así que decidimos cambiar de lugar y hacer otras cosas, solo había que cambiar el «chip» y seguir disfrutando del nuevo entorno pero sobre todo de la compañía del grupo al completo que es lo más importante.

La montaña siempre estará allí y seguro que tendremos más y mejores oportunidades.