Desde luego, a veces pienso que una de las cuestiones del senderismo que más me atraen es el de no repetir ruta, al menos muchas veces. Descubrir nuevos rincones desconocidos para mí y mis compañeros de aventuras es un buen aliciente que buscamos para dejarnos sorprender por nuestra amiga la naturaleza. En este caso mi cabeza me dice una cosa, pero el corazón trata de apoderarse y logra con creces vencer la batalla de marcados sentimientos.
Una preciosa ruta que he repetido en varias ocasiones, pero desde luego no solo me ha gustado volver allí por sus sendas montañeras con amplias vistas hacia la Vall d’Albaida o hacia la sierra de Mariola e incluso hacia el mítico Benicadell con sus mil caras, a cual de ellas más atractiva, sin olvidar el palco oscuro de la Cova Alta, desde el que sentados en la penumbra de su interior, se disfruta de una de las inolvidables películas, que recordaremos con el singular reparto de protagonistas que seremos nosotros mismos.
Como digo, no solo por todo ello que ya es bastante, sino por volver a ver a la gente que me encanta volver a ver y a otras tantas que he tenido el gustazo de conocer, así que voy a cambiar un poco, pero solo un poco, el concepto que tenía y volveré a repetir año tras año mientras pueda, este día tan especial con esta maravillosa gente y sus encantadoras montañas.
Os dejo esta pequeña muestra de la jornada resumida en poco más de tres minutos que espero disfrutéis.