INTRODUCCIÓN

Continuamos sin dejar la pista principal, encontrando algunos caminos que salen a nuestro paso, pero los paneles de dirección de la ruta nos dirigen por buen camino. A los 700mts llegamos a otra bifurcación con paneles, este punto será común en la ruta. A la derecha nos lleva hacia los manantiales del Ebrón, desvío que tomaremos cuando volvamos, ahora seguimos de frente para seguir hacia los estrechos.

Cambiado el firme de asfalto por el de tierra, continuamos para encontrarnos con que la pista cruza el río, debiendo pasar por un pequeño puente que encontramos a la derecha pocos metros antes de llegar al río.

Poco a poco vamos adentrándonos en el estrecho desfiladero, flanqueados por altas paredes, para llegar a una zona recreativa desde la que opcionalmente podemos subir hasta un mirador.

Aquí termina la pista para comenzar a caminar por senda, llegando en muy poco a unas escaleras de madera que nos ayuda a salvar algunos pasos rocosos.

Cruzamos el cauce del río en bastantes ocasiones, unas por puentes y otras saltando de piedra en piedra.

Encontraremos a nuestro paso un buen número de sabinas albares ( Juníperus Thurifera), algunas de gran porte.

Pasamos de largo el desvío que lleva hasta la población vecina de Alobras.

Nos acercamos a los estrechos

La senda se corta y debemos pasar el cerrado estrecho por medio de unas pasarelas habilitadas si no nos queremos mojar.

Más tarde el paisaje se abre.

Superamos algunos pasos por medio de algunos escalones instalados en la roca.

Y volvemos a cruzar el río por medio de un puente.

Llegamos mas tarde a una bifurcación que nos indica dos sentidos para llegar hasta Tormón. Hacia la izquierda, pasando primero por un mirador y hacia la derecha, pasando por el puente natural de Fonseca, opción que elegimos. Este punto también es común en el recorrido, de vuelta vendremos por el sendero de la izquierda pasando por el mirador.
Poco después vemos una senda que por nuestra derecha baja en fuerte desnivel hasta justo bajo del puente, debiendo subir después (hay un panel indicándolo).

El puente desde abajo

Vistas desde arriba

Justo encima del puente tenemos dos alternativas, tomamos la que cruzándolo sigue por una bonita y aérea senda bien definida que recorre los espectaculares estrechos por su parte alta.

Finalmente bajamos para caminar en llano junto al río rodeado de chopos, cruzándolo de nuevo sirviéndonos de un puente. Al conectar con una pista veremos el desvío a la derecha que nos llevará siguiendo el curso del río en muy poco hasta la cascada de Calicanto.

Volvemos para seguir ahora por la pista que encontramos anteriormente y desviarnos en poco menos de 200mts para ascender por una senda que vemos a nuestra izquierda (hay una fita).
Esta nos llevará en muy poco a salir a otra pista que paulatinamente va adquiriendo altura hasta llegar a una bifurcación. Por la izquierda bajaríamos directamente hasta el puente de Fonseca, por la derecha en ascenso primero y pasando por un mirador, llegaremos a salir al punto donde encontramos anteriormente las dos alternativas para ir hasta el Tormón, opción que escogemos.

Desde aquí volveremos por el mismo trazado por el que vinimos hasta encontrarnos con el desvío de los manantiales del Ebrón, cerca ya del final de la ruta. En este punto como digo, giramos a la izquierda para pasar entre chopos y enlazar con un sendero botánico, donde algunos paneles nos ilustran sobre la flora del lugar. Este agradable camino nos guiará hasta la población de El Cuervo.

DATOS DE LA RUTA

• Fecha de la excursión: 29-11-2009
• Tipo de ruta: Ruta circular con tramo lineal
  
• Nivel de dificultad: Moderado
  
• Longitud: 18,48 kilómetros
  
• Desnivel acumulado de subida: 575 metros
  
• Desnivel acumulado de bajada: 575 metros
  
• Tiempo en movimiento: 4h30′
  
• Tiempo Total: 6 h05′

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 ACERCAMIENTO AL PUNTO DE INICIO

Podéis ver con Google Maps el punto de inicio de nuestra ruta de senderismo que se ubica en la localidad de El Cuervo (Teruel).

Ver El Cuervo en un mapa más grande

ANÉCDOTAS Y MOMENTOS DEL DÍA

Después de tres años volvemos a realizar la ruta de los estrechos del Ebrón. En aquella ocasión fuimos Lute y yo, en ésta, se ha unido además José. Una ruta como esta requiere un paso relajado para contemplar tan arduo trabajo elaborado por el Ebrón durante siglos. La belleza nos atrapa y juega con nosotros dentro de sus altas paredes, confundiéndonos y olvidándonos del paso del tiempo. Esta fue la causa que por aquel entonces nos impidiera hacer la ruta al completo, el corto día de invierno nos obligaba a entrar en razón y volver sobre nuestros pasos hasta nuestro vehículo. Con la espina clavada todo este tiempo, hemos vuelto siendo conscientes de que como en la anterior ocasión también en esta tenemos en contra el corto día. Para ello deberíamos comenzar mas temprano, ya que sabíamos que caeríamos de nuevo en el influjo de su entorno, volviendo a perder la noción del tiempo.
En un principio pretendíamos solventar el único matiz negativo, por decir algo, que tiene esta ruta, su trazado lineal. Sobre la teórica tracé un recorrido que solventaría en parte este «inconveniente», pero como siempre, la práctica tan distinta nos obligó a rectificar e improvisar en el momento. Una de las sendas por las que se trazó el recorrido alternativo quedó del todo perdida, llevándonos a cruzar el río por zonas no muy propicias, sin pasos habilitados para cruzarlo, así que desistimos para no perder mucho tiempo tomando la decisión de seguir por el trazado principal y ver que opciones teníamos mas adelante. Llegados a una confluencia de sendas, unos paneles de madera nos brindó una segunda oportunidad. Estos indicaban dos itinerarios diferentes para llegar hasta Tormón, así que iríamos por uno y volveríamos por otro.
Primero fuimos hasta el puente natural de Fonseca, donde teníamos otra alternativa. Elegimos la que cruza el puente, y pasando al otro lado del río recorre los espectaculares estrechos por su parte alta. Llegamos hasta la cascada de Calicanto, muy cerca de Tormón, un bonito lugar para descansar y volver de nuevo buscando la corta alternativa de vuelta hasta unirnos de nuevo al trazado principal.
Satisfechos del recorrido, volveremos….pero en la próxima ocasión lo haremos en primavera, con el verde exultante de su vegetación de ribera, ó a principios de otoño, para saturar nuestras retinas con el espectáculo de colores.

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